Drillbit Taylor
Una comedia juvenil un tanto divertida, aunque un poco larga.
3 chicos de secundaria: Wade (Nate Hartley) Ryan (Troy Gentile) y Jim (David Dorfman) son constantemente agredidos por el “bully” de la escuela, por lo que deciden contratar a un guardaespaldas para que los proteja; pero su limitado presupuesto los hace contratar a Drillbit Taylor, un vago que se hace pasar por guardaespaldas profesional.
La historia es un tanto divertida y tiene sus momentos graciosos y tiene un mensaje positivo, pues a pesar de todos los líos en que se meten cada uno de los personajes, logran solucionar sus problemas enfrentándolos y no huyendo de éstos.
Cada personaje tiene algo con qué identificarse al adolescente de hoy:
Ryan es el típico gordito de la escuela, un tanto perspicaz, alegre y vivaz, mientras que Wade tiene la vida un poco más dura ya que en su familia, él es el diferente pues su padre fue jugador de fútbol americano y la ironía de la vida es que él fue un bully. Wade tiene 2 hermanos menores que pintan como futuros campeones del americano gracias a la esmerada tutela de su padre, quien ve con cierto desdén a Wade, por ser un geek. Wade no se amedrenta por esto, y sigue su vida como cualquier adolescente normal si no es porque el primer día de clases conoce a una niña en la escuela que le gusta.
Jim es un niño un tanto molesto, pues el primer día de clases los bullys perseguían a este niño y Wade lo defiende. Desde entonces Jim se les pega peor que una sanguijuela, dando como consecuencia el acoso de los 2 bullys. Ryan está furioso con Jim y no sabe cómo quitárselo de encima.
Drillbit tiene muchos problemas personales y es debido a que desertó del ejercito en Irán, por lo que se encuentra en la calle. Drillbit es uno de esos vagos que se la pasa primero pidiendo dinero en los altos, de esos que le lavan a uno el cristal de su coche por unas cuantas monedas y por las tardes se va a tomar el café con los amigos. Cuando es contratado por Wade, Ryan y Jim, se “cuela” en la escuela como maestro.
Una de las cosas que más me llama la atención de la historia es la apatía y hasta cierto punto tolerancia que exhibe el personal académico hacia los bullies, aunque es una parodia, es muy molesto ver que en la vida real es así, los maestros y directores no hacen nada para detener este fenómeno que cada vez es más difícil y llega a situaciones extremas como el suicidio o el linchamiento (ahora video grabado y posteado en Internet) de alumnos más débiles. Es cuando se pone uno a reflexionar y cuestionar si realmente el personal académico está haciendo lo correcto al “dejar pasar por alto” conductas agresivas, al menos cuando están dentro de la escuela.
La pelícua hubiera estado mejor si se le cortaran 10 minutos.
